El tiempo es una milésima de segundo, cuando reparas en él, ya te ha puesto una cana nueva. Sustituye nuestras manos lozanas de la infancia por unas con historia vivida. Se les cuenta a los niños pequeños que cada dedito tiene una historia, y esto no es del todo mentira, las manos son la piel de nuestras accionesEllas toman el bolígrafo que escribe nuestras vidas anónimas y deciden quién puede dejar de serlo. 

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