Desayunar tostadas e imaginar cómo sería llevártelas a la cama, yo los martes y tú los miércoles, y los jueves, y los viernes, y el resto de los días de nuestra vida conjunta. Querer repartir el peso de mi vida y de tu vida, meter las dos vidas en un bote y agitarlo rápido, y luego partir, partir la vida que sale a partes iguales. Un trozo para ti, y otro para mí, que tú tengas de mí, que yo tenga de ti. Y tocarte una vez más y unos besos y unos abrazos que no necesiten un permiso para pasar. Y vivir contigo, y vivir de ti, y vivir para ti y tú de mí y todo sea así de simple pero bonito y único


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